David Hasselhoff interactuó con lo peor del mal gusto norteamericano y no hablamos de Baywatch, sino del tablero de K.I.T.T., el auto fantástico. Completamente digital, el esfuerzo por parecer de última tecnología se focalizó en la absurda cantidad de luces, indicadores y un volante inspirado en un mando de avión. Si bien se puede criticar el antiestético tablero, vale la pena rescatar que muchos de los gadgets que encontramos en él, actualmente son moneda corriente, como el comando por voz, el compás y la pantalla de video.