En 2013 la casa del caballito rampante se despachó con este hiperdeportivo que sucede a la dinastía compuesta por los 288GTO, F40, F50 y Enzo. El nombre, puede sonar algo redundante y megalómano, pero explica que se encuentra en el pináculo de lo que Ferrari puede hacer tanto en velocidad, como en tecnología.
Respecto de la velocidad, ofrece 963 caballos, de los cuales 163 CV son de procedencia eléctrica. Si estás pensando que en Maranello vendieron el alma al diablo (o a Greenpeace) no te preocupes ya que los otros 800 “cavallinos” provienen de un 6.0L V12 con aspiración natural que alcanza las 9.250 rpm garantizando el clásico aullido Ferrari como banda de sonido.
Finalmente, está la estética que combina líneas futuristas con algunas del pasado deportivo de la marca, y obviamente hay todo tipo de tecnologías en suspensiones, diferencial y aerodinamia activa.